Las 3 puertas del liderazgo – Visión, Ambición y… ¿Diversión?

La verdad es que enfrentamos grandes retos. Nuestros equipos, empresas, familias y la sociedad en general tienen enormes desafíos y sin lugar a dudas necesitamos más y mejores liderazgos.

Pero nuestros desafíos no son nada fáciles y no necesitamos cualquier tipo de líder. Hoy te quiero proponer la idea de líderes que abren las puertas de la visión, la ambición y la diversión.

¿Qué es la puerta de la visión?

Tal vez es la más retadora. Es la posibilidad de mirar un mejor futuro para todos. Es conectarse con un gran sueño y ponerse al servicio de una causa justa. Atravesar esta puerta trasciende el egoísmo y lleva al corazón del liderazgo.

Con demasiada frecuencia confundimos jefatura con liderazgo. El jefe manda, el líder sirve. El jefe trabaja para que él o su equipo sean los mejores, el líder hace su mejor esfuerzo por transformar las cosas para mejor. Esta confusión la encontramos en todos los niveles, no es raro leer en la “visión” de una gran empresa: ser el MEJOR proveedor de servicios de tal o cual cosa, ser el NÚMERO 1 en X, Y o Z, y no es que esté mal pero esas no son visiones son ego-trips.

La visión es más grande que el líder, va más lejos, tiene que ver con el servicio, con los demás, con la siguiente generación. El líder que quiere atravesar esta puerta debe preguntarse ¿cómo es el mundo que quiero ayudar a construir? Y darse cuenta que probablemente nunca verá ese mundo completamente hecho realidad, pero que si puede avanzar un par de pasos, inspirar a otros y llenar sus esfuerzos de significado.

 Si quieres atravesar la puerta de la visión, aquí te dejo 3 sugerencias prácticas

  1. Tómate un tiempo para soñar un mejor mundo. Pregúntate ¿cómo sería el mundo que me gustaría dejarle a mis hijos? (o sobrinos o hermanos pequeños). No respondas con generalidades, se específico.
  2. Pasa de lo general a lo particular. ¿Qué puedes hacer hoy para hacer eso una pequeña realidad? Decide que puedes hacer distinto en la reunión de trabajo, en la conversación con tu pareja o en la forma que te tratas a ti mismo.
  3. No dejes pasar un solo día sin hacer algo por los demás. Una buena acción que no busque recompensa.

La puerta de la Ambición

No es cierto que tengamos que decidir entre pensar en los demás y pensar en nosotros mismos. Un buen liderazgo hace las dos cosas. Claro que se pone al servicio de un mundo mejor y al mismo tiempo no se olvida de sí mismo.

Esta puerta es la de las metas, de los logros, es el impulso que tenemos los seres humanos para crecer, es nuestro deseo de hacer las cosas cada vez mejor. De llegar más lejos, más alto, más rápido. Es ambición sana (siempre y cuando no se olvide de los demás). El líder que atraviesa esta puerta encuentra fortaleza.

Aquí 4 sugerencias

  1. Pon por escrito tus metas para el año. ¿Qué quisieras añadir a tu CV profesional o personal? Hazlo precisas. Imagina que vas a ver, oír y sentir cuando lo logres.
  2. Pártelas en pequeños fragmentos. ¿Cuáles son las dos o tres etapas centrales de cada una de ellas?
  3. Al inicio del día hazte la pregunta ¿qué puedo hacer hoy que sea un buen avance hacia mis metas? Enfócate en eso.
  4. ¡Celebra tus avances!

¿Y la puerta de la diversión?

No es común hablar de liderazgo y al mismo tiempo de juego, disfrute o diversión. Pero un líder que no se divierte pronto pierde su energía, se acartona y deja de ser inspirador.

Es frecuente que las personas al crecer, tomar nuevas responsabilidades, enfrentar retos difíciles se olviden del juego. Que en la medida que avanzan en una organización las cosas se vuelvan más pesadas y menos libres. Así que no es raro que terminemos tan agobiados de nuestras jornadas laborales cuando todo se vuelve serio y gris.

Esta puerta libera energía, espontaneidad, disfrute. Es muy importante que el líder la explore, que la lleve a su trabajo, a su profesión, a sus equipos. El mundo necesita más juego. En serio: el mundo necesita más juego.

Para atravesar esta puerta te recomiendo 5 ideas que puedes empezar a aplicar desde hoy

  1. Sonríe al inicio del día. Justo antes de empezar con tus actividades, toma una buena respiración y simplemente sonríe. Ahí hay magia.
  2. Ponte pequeños desafíos en el día para hacer las cosas de maneras nuevas y más divertidas. Encuentra tu propia forma de disfrutar más lo que haces.
  3. Comparte la diversión. Ponte algún reto junto con tus compañeros de trabajo.
  4. Habla de lo bueno. Comparte logros, resalta los avances.
  5. Ríete de ti mismo.

La puerta de la visión le da sentido a tu liderazgo. La puerta de la ambición te brinda fuerza. La puerta de la diversión te llena de la energía de la vida. Así hacemos falta.

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